Desde La Colaga os damos un consejo sobre Caidas y accidentes hípicos.
Siempre se ha dicho que la hípica es un deporte de riesgo, pero en realidad, poco sabemos sobre el nivel de siniestralidad y las consecuencias que tienen los accidentes hípicos. El doctor Antonio Montañés Uceda, jinete aficionado y médico especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte ha realizado un estudio cuya publicación nos ha facilitado y que nos aporta datos, al menos básicos, para tener una mayor información.
Dentro de nuestra especialidad de medicina de la educación física y el deporte, existen disciplinas deportivas a las que se les presta menor atención de manera tradicional, como es el caso de las distintas disciplinas hípicas. Existe poco seguimiento y cobertura médica en general, tanto a jinetes aficionados como profesionales, siendo importante destacar que el rendimiento deportivo de los mismos no va muchas veces paralelo al rendimiento deportivo de sus caballos y hacemos siempre responsables a los animales de los éxitos y los fracasos.
En general, el jinete dedica poco tiempo a su mejora física y psicológica y son raros los jinetes que acuden al gimnasio o se someten a controles cineantropométricos, ergonómicos o de control de su peso, por ejemplo, y se ponen en manos de profesionales de nuestra especialidad. A veces, consecuencia de esta falta de preparación, son los accidentes hípicos que hemos querido estudiar. Hemos querido acercarnos a las causas, las consecuencias y hemos intentado buscar alguna conexión entre los diagnósticos que hemos ido encontrando, las edades de los jinetes, las épocas del año o la disciplina hípica. Existe muy poca bibliografía al respecto, con lo cual ha sido difícil equiparar nuestros resultados con otros estudios.
MATERIAL Y MÉTODO
Hemos querido con este estudi, profundizar y Analizar los accidentes deportivos hípicos ocurridos en un determinado período de tiempo, tres años (2006-2007-2008), que fueron asistidos en el hospital de Fremap de Sevilla. Analizamos las causas y estudiamos las consecuencias con el objetivo de valorar la gravedad de dichos accidentes y poder ayudar a la prevención de los mismos. Hemos analizado cada accidente por fecha, mecanismo lesión al, diagnóstico, tratamiento y secuelas, edad, tipo de disciplina hípica y época del año. En definitiva, hemos querido encontrar algunas conexiones para establecer algún tipo de discusión final.
RESULTADOS
Para elaborar el estudio, analizamos los accidentes hípicos ocurridos durante las fechas señaladas anteriormente por distintos bloques:
– Por edades (0-10, 10-20, 20-30, 30-40, 40-50, 50-60 y +60)
– Por diagnósticos (contusiones, fracturas, esguinces, TCE, LUXACIONES Y ROTURAS FIBRILARES)
– Por tipo de tratamiento: quirúrgico, rehabilitador, ortopédico o sólo farmacológico.
– Por mecanismo lesional (caída del caballo, patada o pisotón del caballo, lesiones durante la monta, al bajarse del caballo, golpe con el astriño)
– Por disciplina hípica (doma, salto, enganche, vaquera, raid)
– Por épocas del año (primavera, verano, otoño e invierno).
DISCUSIÓN
Analizando los resultas obtenidos vemos que se registraron un total de 64 accidentes hípicos que fueron asistidos en el área de urgencias del hospital de Fremap. A la vista de las tablas de resultados, se observa que las edades en que más accidentes ocurrieron fueron las comprendidas entre los diez y los veinte años. Por la lógica inexperiencia de los deportistas, pues se trata de jinetes en formación, es normal que haya mayor número de accidentes en esta franja de edad.
También se observa que suelen ser accidentes menores, dada la capacidad que hay en estas edades de e sorber la energía que provocan los traumatismos. También resulta curioso observar que a medida que se cumplen años, los accidentes hípicos van disminuyendo en frecuencia de manera inversamente proporcional. Quizás el grado de maduración hace que la monta sea más responsable.
También fue la disciplina de salto la que más accidentes causó. Se trata de una modalidad en la que tanto el caballo como el jinete se someten a una mayor potencia e intensidad en el ejercicio. El resto de disciplinas no muestran una diferencia significativa en cuanto a los resultados.
Por otro lado, la caída del caballo fue el mecanismo que con mayor frecuencia causó accidentes hípicos y aunque no existe registro a respecto, las caídas suelen estar relacionadas con despistes del jinete ante un movimiento extraño del caballo. Las lesiones más graves no mantuvieron una relación causal con la edad ni con la disciplina hípica, no teniendo significación estadística al respecto.
Analizando los distintos registros en cuanto a los diagnósticos, se observa que las contusiones fue el diagnóstico más frecuente, aunque también existió un alto número de fracturas, la mayoría de las cuales necesitó un tratamiento ortopédico-conservador para su curación. El resto de los diagnósticos fueron menos frecuentes, observándote dos TCE que no registraron daño cerebral alguno.
En la mayoría de los casos, el tipo dé tratamiento efectuado fue conservador, requiriéndose cirugía únicamente en cinco casos de los 64 registrados. También se analizaron los resultados según la época del año en que aconteció el accidente, registrándose mayor frecuencia de lesiones en las épocas de primavera e invierno, siendo menor en verano y en otoño. Este dato tiene un valor relativo y está relacionado con la zona geográfica donde fue realizado el estudio, ya que con las altas temperaturas que se alcanzan en verano, la práctica de la equitación disminuye mucho en Sevilla. También se reduce en otoño, que es la época en la que se registraron las lluvias y es menor el nivel de actividad.
Cabe destacar que los accidentes de mayor gravedad